febrero 13, 2016

Sweet Baby Jesus, ¡Ya llegó Francisco!


Hoy comenzó la primera visita del Papa Francisco a México; a punto de cumplir tres años al frente de la iglesia católica, el pontífice argentino ha decidido que es tiempo de visitar nuestro país para hacer una escala en el Tepeyac y transmitir su mensaje entre nuestro pueblo. Mañana irá a la Basílica de Guadalupe y a la Catedral Metropolitana; mientras la Ciudad de México disfruta la tregua, hay algunos puntos importantes qué destacar:

  • La importancia moral y discursiva del líder de los católicos es incuestionable, pero la vocación del pontífice argentino siempre ha sido la de enfrentar los problemas del mundo cara a cara, siendo misericordioso y eligiendo el contacto con los necesitados. Francisco es un dinamitero de la ortodoxia que dominó totémico el siglo XX, un hombre que ha revolucionado el estándar de ser católico en pos de la sencillez y la cercanía con los fieles. Desde sus tiempos como arzobispo de Buenos Aires, cuestionó la desigualdad y la corrupción, combatió a la dictadura y rechazó el daño a los recursos naturales; el Papa está acostumbrado a tocar fibras sensibles, las cuales sabe suturar con delicadeza. Además, reza y sueña en español y eso significa mucho.
  • México tiene el mayor número de fieles hispanohablantes en el mundo, el segundo país con más fieles después de Brasil y es un puente con la mayoritariamente protestante Unión Americana. Todo lo que haga y diga el Papa en nuestro país se convertirá en historia. Nuestro país es un referente en muchos aspectos, pero también un mal ejemplo terrible en otros; al Papa le atrae de México su fe, pero también sus problemas. No hace mucho declaró que Dios le echa mucha bronca al pueblo mexicano; en parte tiene razón. Históricamente, el mexicano es hijo del rigor y esclavo de sus vicios. Sin embargo, para buscar soluciones necesitamos fe y esperanza, sin importar nuestro credo ni nuestras convicciones.
  • Francisco llegó hoy a la capital del país, lugar al que declaró tenía que venir para visitar a la Virgen de Guadalupe para encomendar su jornada. Sin embargo, no todo es la peregrinación a la Villa, también habrá reuniones como Jefe de Estado con la alta plana de la política mexicana y una importante reunión episcopal con los obispos del país. Lejos de ser una pequeña escala de oración, el Papa tendrá que asentar bases diplomáticas y pastorales en sus primeros días en nuestro país, donde la capital también fungirá como un pequeño espejo donde se aclimatará del candor de nuestro pueblo.
  • El itinerario dista mucho de las visitas papales anteriores, aquí no habrá tanto canto ni tanto paseo; Francisco ha elegido un Via Crucis alrededor de las heridas más profundas y olvidadas de la sociedad mexicana. Recordemos que Jorge Mario Bergoglio, antes de ser el vicario petrino, fue un prominente sacerdote jesuita que conoce, como pocos religiosos, la importancia del lenguaje y los símbolos; no solo es lo que se dice y se hace, es también lo que se insinúa y se denota. En los mensajes del Sumo Pontífice encontramos mensajes certeros cuya significación y trascendencia siempre van más allá, no parecen dictados de dogma, son llamados a la acción y al cambio interior de sus fieles.
  • La primera escala será Ecatepec, el municipio más poblado del Estado de México y uno de los más azotados por la violencia, la pobreza, los feminicidios y la corrupción; el próximo lunes, tocará el turno de Chiapas, específicamente a la diócesis de San Cristóbal de las Casas, donde hará misa y otorgará el permiso de utilizar lenguas indígenas en la liturgia. Uno de los personajes que lo acompaña en su viaje es monseñor Raúl Vera, obispo de Saltillo y otrora coadjutor de la sede chiapaneca bajo la dilatada gestión de uno de los grandes defensores de los indígenas del estado y mediador con el EZLN, "el Obispo Quetzal" Samuel Ruíz.
  • La visita más importante y ardiente que realizará Francisco será a Michoacán, lugar donde la violencia ha asentado su ley ante la displicencia de las autoridades. El año pasado, Francisco hizo cardenal al arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, con el objetivo de poner una presencia simbólica de su pontificado en una región sin rumbo ni gobierno donde la guerrilla entre sicarios y autodefensas es la única ley. La visita a Morelia cumple el objetivo de consolar al pueblo, motivar a la juventud y cerrar filas con los religiosos que trabajan en la zona.
  • La última escala es Ciudad Juárez, la urbe infame por los asesinatos de mujeres y por ser uno de los puntos de migración más concurridos en la búsqueda del sueño americano. Además de encontrarse con fieles del sur de Estados Unidos que cruzarán la frontera para verlo, tendrá un encuentro con reos de penales cercanos y con diversas organizaciones defensoras de los derechos humanos. A esta misa multitudinaria ha invitado el Papa a los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, así como a los familiares de diversas personas asesinadas durante las últimas dos décadas.
  • Serán asignaturas pendientes, por no decir pecados de omisión, los deseados encuentros con víctimas de pederastia por sacerdotes, los cuales no tendrán su espacio en la agenda papal; Francisco vino a la cuna de la Legión de Cristo, a la cual le perdonó la vida sabiendo que su desaparición haría enfurecer a las huestes más conservadoras de la catolicidad. El juego de símbolos y diplomacia que el Papa sostiene con la orden que financió las almibaradas visitas de Juan Pablo II y Benedicto XVI es tan turbia como las finanzas vaticanas y como los escándalos del lobby gay de la Santa Sede. Fino caballero es Don Dinero.
  • Se gastará mucho dinero en la seguridad del Pontífice y son poco claras las cifras de ganancia para los gobiernos; no sabemos si la visita será rentable económicamente para los estados (por no hablar del factor de marketing que muchos ya han explotado hasta el cansancio). Además, por donde pasará Francisco habrá cierre de calles y transportes; el viernes fue el presagio de un fin de semana de locos en la Ciudad.
  • Mucho se espera de esta visita episcopal a todos los niveles. Lo que haga y deje de hacer Francisco en México afectará el curso de su pontificado como una marea caprichosa. Ha llegado a un país donde su sucesor descubrió que era tiempo de hacerse a un lado, pero que le ha otorgado a la iglesia romana enviones sin parangón. Hay quienes rezan para que mi Tocayo Pontífice (?) consiga en México lo que está buscando.
Por ahora, que el niñito Jesús nos ampare, de aquí hasta el día 17...

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