junio 28, 2015

Especial: Top 20 Albums de 2014 (Parte 9: #3 y 4)

4) Broken Bells - After the Disco

Broken Bells es el nombre tras la sociedad entre James Mercer de The Shins y Danger Mouse (Brian Burton), omnipresente productor de vacas sagradas y proyectos alternativos emergentes. Pese a que ambos integrantes decidieron que serían uno para el otro en el lejano 2004, fue hasta 2010 que grabaron su primer álbum homónimo, el cual recibió reseñas encontradas y un bastante aceptable éxito comercial. Quedó claro que se esperaba una cohesión mucho más sólida entre dos mentes tan acérrimas hacia la excentricidad y la experimentación; sería necesario un segundo envión de larga duración para darse cuenta que el matrimonio va por buen camino pese a las tormentas.

En After the Disco, se percibe un cadáver exquisito más coherente: con ayuda de un conjunto de cuerdas bajo la batuta de Daniele Luppi y un coro de cuatro voces femeninas, Burton pone un pie en Rome (2010) y otro en los arreglos vocales de los Black Keys. La inconfundible voz de Mercer se funde con los arreglos vocales de su comparsa para entregar unas impensables armonías estilo Bee Gees e instantes de emotividad barroca; sin embargo, todo el entorno melódico va en constante vaivén entre sonidos de estética espacial y finas artesanías acústicas, entre propulsores estelares y la rudimentaria rueda. La combinación es asombrosa y agradable al oído, los egos hicieron las paces.

Mercer y Burton logran el objetivo de divertirnos con un trabajo que logra hacerlos brillar a los dos y que le da a Broken Bells una necesaria firma de distinción. Con buenas canciones y un poco del gusto de cada uno, ha surgido un planeta nuevo que comienza a ser habitado por instantes memorables.

Escucha: "Perfect World", "Holding On for Life" y "Control".


3) Woods - With Light and With Love

Woods es un trío de Brooklyn compuesto por el cantante y guitarrista Jeremy Earl, el bajista y tecladista Jarvis Taveniere y el baterista Aaron Neveu. Además de ser el líder de la banda, Earl es el gestor del sello discográfico Woodsist, la cual ha albergado el trabajo de banda de la talla de Kurt Vile & the Violators, Real Estate y White Fence. Sin embargo, es menester dejar claro que Woods es la joya mejor pulida, un orgullo de nepotismo que sobresale entre muchos buenos proyectos; con siete discos en su haber y tras dos años de silencio, la banda lanzó al mercado una octava placa que los llenaría de satisfacciones y que significaría un regreso esperado y satisfecho.

With Light and With Love es justo eso, una decena de canciones luminosas y que son ofrecidas al escucha como se ofrecen los juegos de amor. Matices multicolores se reflejan entre los espejos de una hermosa y pulida bola de cristal: psicodelia acústica de impronta sesentera con fast forward hacia los tiempos recientes, momentos de prolongado caos controlado, la marca escarlata de una raíz folk asimilada en el tuétano, ganchos melódicos de guitarras, abigarramiento de percusiones y la omnipresente voz en falsetto de Earl, un Neil Young para la ultramodernidad de la tan trillada era indie. En resquicios que pasan desde The Grateful Dead hasta los Flaming Lips, pasando por momentos de George Harrison solista y de los Byrds, cualquiera persona puede conmoverse y construir un cálido refugio para su nostalgia.

Majestuosa artesanía de emotividad, compleja simplicidad en su fondo, el octavo trabajo de Woods acerca a las masas y compacta el legado de una banda excitante y luminosa.

Escucha: "Shepherd", "With Light and With Love" y "Leaves Like Glass".

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