febrero 18, 2013

De la renuncia de Benedicto XVI: Lobos disfrazados de pastores

El Papa de los libros dejará el papado el 28 de este mes

Año de 1415, el Concilio Ecuménico de Constanza, al sur de lo que hoy es Alemania, estaba en su pleno apogeo. La iglesia de Occidente tenía tres papas, el de Roma era Gregorio XII, quien tenía disputas con otros dos, los antipapas Juan XXIII de Pisa y Benedicto XIII de Avignon. Convocados por el rey Segismundo de Alemania y Hungría, los cardenales fieles a cada pontífice asistieron para tratar de terminar el Gran Sisma de Occidente que se originó cuatro décadas antes y que no logró consolidarse en el Concilio de Pisa (1409-10). El primero en ser cesado fue Juan, a lo que siguió la renuncia del ministro romano, Gregorio, quien aceptó sin reclamos la superioridad de la autoridad conciliar y declaró como válida la reunión ecuménica. Años más tarde, el Concilio declaró hereje al también llamado Papa Luna y se procedió a la elección de un nuevo papa, Martín V, con el que terminó la pugna y se salvó a la Iglesia de divisiones por los siguientes 100 años.

Febrero 11 de 2013, en medio de la consternación de todo el mundo católico, el Papa Benedicto XVI, antes conocido como Joseph Ratzinger, ha anunciado que renunciaría a su posición como sucesor de San Pedro el próximo 28 de febrero a las 20 horas del horario romano, por lo que la Santa Sede quedará vacante y convocará a un cónclave para elegir a un nuevo pontífice. Con 85 años de edad a cuestas, Joseph Ratzinger ha desistido de llevar a cabo su ministerio como líder de una iglesia en clara decadencia, herida por la fuga de fieles y atacada por acusaciones de corrupción y de falta de transparencia en sus diferentes departamentos; en 2005, los cardenales lo eligieron como el papa que debería llevar la transición entre el largo pontificado de Juan Pablo II y los tiempos modernos, pero el estanque está lleno de lodo y requiere de una mano mucho más firme que la del antiguo Inquisitor del Papa Viajero. Entre Benedicto XVI y Gregorio XII existen millones de sucesos históricos de distancia pero la misma premisa: la estabilidad de la Iglesia Católica está en crisis.

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¿Por qué renunció el papa Ratzinger?, ¿Hay razones de peso más allá de la salud y la edad? La respuesta es afirmativa, son grandes problemas que tienen en jaque el poder y la credibilidad del papado como cabeza de 1200 millones de católicos en el mundo. El que fuera Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe durante el pontificado de Karol Wojtyla había sido elegido Papa en el cónclave más corto de la historia (dos días, cuatro votaciones), pero desde antes de la votación se habían mencionado dos detalles importantes: su tendencia conservadora y su estado delicado de salud. Sin lugar a duda, la historia recordará la labor incansable de Ratzinger como teólogo, disciplina de la que fue uno de sus representantes progresistas durante el Concilio Vaticano II, pero que se vio transformada hacia visiones más conservadoras a partir de su encargo como Inquisitor. Al día de hoy, los pensadores de la corriente conocida como la Teología de la Liberación, como Leonardo Boff, Hans Küng, Pere Casaldàliga, Jon Sobrino y Gustavo Gutiérrez son perseguidos, excomulgados y silenciados desde Roma.

Otro de los grandes temas a los cuales Benedicto presentó posturas reaccionarias fue a la doctrina social y moral de la Iglesia en relación a los nuevos tiempos. En un mundo en el cual los derechos sociales de los homosexuales, el derecho a una muerte digna, la capacidad de las mujeres a elegir sobre su cuerpo y los avances científicos en genética son una realidad, Roma ha defendido sin intención de diálogo la prohibición a los homosexuales dentro de la iglesia, ha condenado los experimentos con células madre, ha defendido el concepto de familia como exclusivo de hombre - mujer y ha calumniado las leyes a favor de la eutanasia y el aborto. El hecho de que cada año surgen en el mundo nuevas legislaciones que otorgan derechos a la mujer y a la comunidad LGBT, así como nuevas investigaciones médicas que abogan a favor de los beneficios de las células madre y de las decisiones bioéticas en favor de una muerte digna son nuevas derrotas para el Vaticano.

Otro asunto que queda en el tintero para el que será elegido como nuevo Obispo de Roma será el de los reclamos constantes hacia los sacerdotes pederastas, así como a los jerarcas que han movido hilos para defender a estos sujetos. Fue hasta 2006 que Ratzinger pidió que se abrieran aquellos documentos sobre el líder fundador de la Legión de Cristo, Marcial Maciel, que fueron descartados por su sucesor; en cada visita episcopal, el Papa tuvo que reunirse con víctimas de estos criminales con sotana de todos los rincones del mundo, pero ni con las palabras más hermosas es posible curar las heridas traumáticas de tales violaciones. Muchos de esos monstruos siguen sueltos y otorgando sacramentos, guardando bajo perfil, bajo la protección de arzobispos y cardenales de renombre. Cualquier entendido podría decir que la limpieza de la Santa Madre Iglesia podría comenzar desde ahí.

Por si no fueran pocos los problemas que enfrenta el Papado alrededor del mundo, también debemos destacar que la Curia Romana, el órgano de gobierno de la Santa Sede, se ha convertido en un nido de víboras desde la llegada del bávaro a la encomienda petrina. La asignación del cardenal Tarcisio Bertone como Camarlengo del Vaticano en 2007 derivó en que éste concentrara todo el poder administrativo, lo que le ha ganado cualquier cantidad de enemigos que lo acusan de ser demasiado ambicioso y de inmiscuirse en ambientes "masónicos"; su rol como el presidente del próximo cónclave es incierto, se dice que muchos de los cardenales que fueron investidos por Ratzinger tienen su fidelidad, pero en su contra estarán varios de los personajes claves de la Curia, varios cardenales italianos y los cardenales de la vieja guardia juanpaulina alineados a su predecesor, Angelo Sodano. En los últimos meses de su pontificado, Benedicto sólo puede confiar en su fidelísimo secretario, el arzobispo suabo Georg Gänswein, el hombre bautizado por la prensa del corazón como Bello Giorgio que siempre lo acompañaba en sus viajes y lo ayudaba con los hábitos de su vida diaria.

Derivado de los conflictos internos, está también el gran escándalo de los Vatileaks, aquellos documentos secretos que fueron sacados a luz por el que fuera su mayordomo, el señor Paolo Gabriele, y que exhibieron las pugnas políticas dentro de la Curia, así como enormes problemas de corrupción al interior del Banco del Vaticano. Recordemos que la Santa Sede también es una gran institución bancaria que hasta hace algunos meses era manejada por el economista Ettore Gotti Tedeschi, quien fue arrestado en 2010 por el escándalo de lavado de dinero que hoy en día es una de las grandes sombras que oscurecen San Pedro. Gabriele, el hombre que traicionó la confianza de Ratzinger, ya ha sido perdonado por el pontífice, pero Tedeschi, un neoliberal experto en negocios riesgosos, ha sido degradado de la simpatía de la Curia y su destino permanece envuelto en misterio.

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Se maneja que para la Pascua, el mundo católico tendrá ya a un nuevo Sumo Pontífice; no se han hecho esperar las quinielas que apuntan a diversos papabili que tendrían la oportunidad de llevar el ministerio petrino tras la históricamente trascendental renuncia de Benedicto XVI. Los grandes problemas que llevaron a Ratzinger a dar un paso al costado seguirán presentes y ni el más espeso de los humos blancos los podrán ocultar del ojo público durante la Sede Vacante.

¿Qué tipo de Papa necesitan los católicos para enfrentar estos problemas y transmitir la palabra de Jesucristo por el mundo? Ése es tema de otra bula.

2 comentarios:

  1. B16 y ya puestos toda la curia vaticana deberían estar encacelados a la espera de juicio por complicidad y encubrimiento en los asquerosos casos de pederastia eclesiástica porque ¿Se imaginan que cualquier otra institución se hubiera comportado como la Iglesia católica encubriendo esos horrendos crímenes durante décadas, extorsionando a las víctimas y a sus familias para que no denunciaran los abusos y escondiendo a los asquerosos violadores? Con total seguridad esa empresa, colectivo o asociación hubiera sido declarada ilegal y habría pasado a ser perseguida por la Interpol en todo el mundo, para ser finalmente desmantelada hasta no dejar rastro alguno de ella, quedando su recuerdo para la posteridad como un oprobioso ejemplo de asociación criminal. Pero en lugar de ello milagrosamente, la iglesia católica sigue incólume como ejemplo de rectitud y guía moral y con los gobernantes de medio mundo postrándose humillados y solícitos ante cualquier absurda, antidemocrática o alucinada declaración de sus seniles y ridículos dirigentes. http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2012/09/la-iglesia-catolica-admite-cientos-de.html

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    1. Hola Ateo, agradezco mucho tu comentario. Respeto mucho tu opinión, aunque no la comparto del todo.

      Los dos sabemos que el Vaticano debe pagar por sus encubrimientos por deber moral y jurídico, pero desgraciadamente su poder espiritual y económico le ha dado una inmunidad injustificada y fueros a la hora de juzgar las iniciativas de ley de los países "laicos". En un "país" donde los secretos son guardados hasta el extremo, donde la forma de gobierno es evanescente para el exterior y que se ha inclinado peligrosamente hacia los grupos neoconservadores más radicales durante los últimos 40 años (el Opus Dei, la Legión de Cristo, el Camino Neocatecumenal) gracias a su capacidad para amasar dinero y fieles, cualquier filtración se debe de agradecer para darnos cuenta del rostro oscuro de esta institución.

      Estoy seguro que el Dios cristiano no estaría nada contento de ver tales asquerosidades en la que se proclama su iglesia; sin duda, Roma es todo menos cristiana viéndolo desde el punto de vista histórico. También creo que Benedicto da el paso al costado porque ya no tiene voluntad ni capacidad para arreglar el lodazal que su Curia y los grupos de poder del Vaticano han dejado. Afortunadamente, gran parte del mundo sabe que el emperador (o mejor dicho, el Papa) anda desnudo por el mundo y que el gran problema de la crisis de la Iglesia Católica es responsabilidad de sus dirigentes y sus contradicciones. Como católico y como historiador, estaré al pendiente de quién será el elegido como papa, de él va a depender si la Iglesia se termina por ir por el precipicio o logra mantenerse a flote por otro rato.

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