noviembre 07, 2012

De las Elecciones Presidenciales en Estados Unidos 2012

Cuatro años más... (AFP)

Todo el mundo estuvo pendiente del evento político más importante de América, las elecciones para seleccionar al nuevo mandatario de los Estados Unidos. Como es bien sabido, el mundo sigue dependiendo en gran parte de la política norteamericana, la cual se ha visto propulsionada por los difíciles tiempos en los que vivimos. De un lado, el presidente que buscaba reelección, Barack Obama, pese al gran bajón que ha tenido en su popularidad por consecuencia de las promesas que hizo en 2008; del otro, un político mormón, Mitt Romney, que buscó dar una alternativa a una población dividida en sus opiniones.

Al inicio de la contienda, se percibía un Partido Republicano dividido que se vio en la necesidad de cerrar filas alrededor de un ex-gobernador conocido por su efectividad como empresario y por sus opiniones conservadoras en temáticas sociales. Para acompañarlo en la vicepresidencia, los sectores más conservadores del grupo político eligieron a un joven congresista de Wisconsin, Paul Ryan, quien debía contrastar en su habilidad para imponer sus ideas con el actual presidente del Senado, el vicepresidente Joe Biden. Aquella selección produjo muchas más cejas levantadas que electores satisfechos, pero Ryan sería un complemento que marcaría la agenda que el GOP (Grand Old Party) establecería.

Las Convenciones Nacionales dieron señales engañosas: la Republicana en Tampa estuvo pasada por agua (Huracán Isaac), lo que pareció diluir los ánimos de los militantes; un contraste muy diferente resultó la Demócrata en Charlotte, en donde hubo un gran entusiasmo. Los debates fueron a dos de tres caídas, con su debido capítulo vicepresidencial: en el primero, Romney entró de lleno a una contienda en la cual no daba color con displicencia de su rival, pero en los otros dos, Obama apretó el acelerador en ambientes mucho más amistosos para él; en el encuentro de los compañeros de terna, Biden logró imponer su experiencia de viejo lobo de mar ante un Ryan demasiado mordelón.

El periodo final fue afectado por algo extraordinario, el Huracán Sandy, el cual afectó toda la región este del país; los expertos mencionan que la respuesta de Obama ante el desastre fue clave para afianzarle sufragios a su causa, mientras que Romney se desapareció del panorama, algo que reforzó las calumnias que lo acusaban de ser un hombre elitista y poco preocupado por las minorías.

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Los temas de mayor interés en las agendas de ambos candidatos fluctuaron entre las reformas económicas y las sociales. Obama tuvo mayor apertura en las segundas, pero en las primeras se mostró con tibieza; por su parte, Romney propuso posturas reaccionarias en asuntos sociales y una mayor radicalización en la economía. Los temas que aquí cito, más que dar un texto conexo, son un conjunto de eventos e intereses muy específicos que determinaron la elección.

La propuesta demócrata para crear empleos lleva parada en el Congreso desde hace varios meses, el desahogo del déficit implicaría mayor peso sobre los impuestos y las medidas fiscales que ha adoptado este grupo político han encontrado muchos críticos de todos los espectros; los republicanos no proponían demasiados cambios al juego, apostaron hacia la estadía del capital dentro del territorio y a devolverle autonomía a Wall Street. Al final, los demócratas se vieron en la necesidad de proponer un régimen fiscal que restara menos impuestos a los que menos perciben; a final de cuentas, la poca recuperación de la crisis de 2008 ha estado en sus manos, y no estaban dispuestos en dejar que manos de tendencia más elitista hicieran de las suyas sobre el terreno tomado.

La reforma de salud (OBAMACARE) que Obama logró pasar en el Congreso se veía en gran peligro ante la posible elección de Romney, quien no ocultó su deseo de revocarla en favor de administraciones sanitarias privadas y estatales; por supuesto que los demócratas no querían permitir que su mayor triunfo se fuera por la tarja, todo lo contrario, quieren expandirlo aún más. Las reformas militares se veían venir tras la salida de los ejércitos norteamericanos de Afganistán e Irak, pero Romney no mostró intenciones de reducir el gasto ante cualquier amenaza externa; en el asunto de las armas, Obama ha sido ambiguo, aún cuando el trágico evento de Aurora, Colorado volvió a poner el tema sobre la mesa.

Las grandes cuestiones de las políticas LGBT y migración terminarían por inclinar la balanza en favor al presidente Obama en estados con votos claves de Colegio Electoral, más allá de que ambos partidos tienen un "voto duro" asegurado en varios estados. El GOP controla los sectores del Cinturón de la Biblia en el Sur Profundo y del Corredor Mormón, así como de regiones de ideología tradicionalmente conservadora como los estados de las Montañas del Oeste; los demócratas tienen sus mayores centros de poder en la Costa Oeste, en el Noreste y en gran parte de los estados del Oeste Medio.

Los estados con mayor apertura a los matrimonios LGBT y al aborto suelen ser los que mayor número de habitantes tienen, razón por la cual Obama logró llevarse estados clave; fue interesante ver que el voto latino en Nevada, uno de los estados que estaban en juego, terminó por decantarse hacia el demócrata, y que en los estados de frontera, sigue habiendo gran presencia demócrata reflejada en la Cámara Baja. En algunos estados, la marihuana ya es legal, y en otros se han establecidos los matrimonios gay.

Un sondeo realizado recientemente por los estrategas de la campaña de Obama indicaba que si el mundo tuviera la oportunidad de votar en esta elección, el presidente ganaría de calle sobre Romney; lo cierto es que el inquilino afroamericano de la Casa Blanca sigue arrastrando niveles aceptables de popularidad gracias a su política exterior y a su carisma ante los medios. Pese al desaguisado que sufrió con el asesinato de un diplomático en Libia, el gabinete de Obama ha mantenido distancia coherente en los grandes temas que afectan al mundo, como la tensión Israel - Irak, el conflicto armado en Siria, la crisis europea, el crecimiento económico de China y la relación con Cuba y Venezuela. Mientras las propuestas de Romney apestaban a intervencionismo de gran calado, las propuestas de Obama buscarían concordia diplomática sin dejar de apretar el puño, así como ayuda mutua ante la precariedad financiera.

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Mientras termino de escribir esta nota, los votos se siguen contando en un estado que siempre es clave para definir estas contiendas: Florida*. En 2000, este estado definió, en medio de controversia, que George W. Bush derrotara a Al Gore; este año, no fue necesario, ya que la ventaja que lleva Obama es irreversible. Los Demócratas tendrán posesión del Senado, pero la Cámara de Representantes sigue siendo de los Republicanos. La gran pregunta que todo el mundo se hace en este momento es la siguiente: ¿podrá gobernar Obama con la Cámara tomada por el Tea Party, o ésta se encargará de reventar las propuestas del presidente pensando en 2016? La capacidad de diálogo de la que tanto se jacta la dupla Obama / Biden estará a prueba una vez más; lo que se espera que esta vez sí les salgan las cosas, sobre todo después de que se deja una campaña muy amarga detrás.

Por ahora, serán cuatro años de continuidad a un proyecto que ha sido cuestionado, pero que también tiene sus grandes creyentes. Para bien y para mal, gran parte de lo que ocurre en Washington DC y sus alrededores termina afectando al resto del mundo; no se puede bajar la guardia ante el gigante dormido, sobre todo ahora que viene recargado, aunque bastante incierto en sus pasos.

* Actualización (Noviembre 29 de 2011): Los 29 votos electorales que se disputaban en la elección de Florida fueron para el candidato demócrata y actual presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. Se trató del estado con resultados más cerrados en toda la contienda presidencial.

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