mayo 22, 2012

Candidatos Ciudadanos: Mirando hacia la Perversión / Marchas, Marchas, Marchas

Gabriel Quadri de la Torre

Ser "candidato ciudadano" es el nuevo negro de la política mexicana, es la fórmula de moda con la cual los aspirantes que buscan desesperadamente votos entre una población desilusionada por el statu quo que suprime cualquier intento de aspiración política externo a los partidos.

Haciendo memoria de lo que ocurrió en el debate del pasado 6 de mayo y con todo el furor que han ocasionado los movimientos populares en contra del candidato del PRI / PVEM, Enrique Peña Nieto, he estado pensando en el discurso que han manejado algunos protagonistas de estas elecciones para desmarcarse de los arcaicos aparatos instituciones y hacerse ver como alternativas que, si bien son apoyadas por los mismos partidos de siempre, insisten hasta el cansancio que son, abusando del término "ciudadanas".

Según la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (Art. 34), los ciudadanos mexicanos son aquellos varones y mujeres que tienen 18 años cumplidos y que tienen un modo honesto de vivir; el siguiente artículo sostiene el derecho a libre asociación, votar, ser votado y defender al país. Aquí es donde entramos en problemas, ya que es sabido por todos que la única forma de acceder a un cargo de elección popular es la asociación a cualquiera de los siete partidos políticos que están formados en nuestro país; en 2009, la opción era la anulación del voto, lo cual no resultó a los intereses que se buscaban: darle una oportunidad a verdaderas candidaturas ciudadanas, ajenas a los partidos políticos y sin la mano titiritera de los poderes fácticos.

La inquietud de diversas facciones de poder por arañar votos, curules y posición en el panorama político ha llevado a que haya una nueva raza de candidatos, una mutación entre las intensiones gremiales de los partidos con rostros y perfiles más "humanos". Hartos de los "candidatos de siempre", la ciudadanía puede caer en el juego perverso detrás de ellos. El it boy por excelencia de lo que es este nuevo tipo de "candidato ciudadano" es el ingeniero Gabriel Quadri de la Torre, quien actualmente compite por la Presidencia de la República con el apoyo del partido Nueva Alianza.

El aspirante elegido por el brazo político de Elba Esther Gordillo ejemplifica muchos de los "buenos" valores del magisterio de clase media: hablamos de un profesor universitario, erudito e informado, con magnífico uso de la palabra e inquietud hacia los atrasos tecnológicos del país. Sin embargo, todo sería bueno si no tuviéramos claro quién mese la cuna de esa campaña, o dicho de otra manera, quién paga la gasolina de la Combi. Por más que se quiera llamar "ciudadano", también lo son los demás candidatos, no caigamos en ese juego de palabras.

Para mal, muchas personas están comprando esa candidatura, por más que Quadri ha querido hacerse a un lado de los intereses del magisterio, no podemos dejar a un lado que detrás de su candidatura hay intereses por demás perversos, los de una mujer cuyo poder parece inagotable. Cuando hablé del debate hice una advertencia, Gabriel Quadri debe cuidarse de sus amigos, por el bien de su nombre y del posible futuro de su causa, política a fin de cuentas; lo mismo podríamos decir, en el panorama electoral de la Ciudad de México, de la candidata panista a la Jefatura de Gobierno, Isabel Miranda de Wallace.

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Marcha Anti-EPN (Foto de Maro Pebo)

Entre viernes y domingo, ocurrieron tres marchas en la Ciudad de México, con sus respectivo e importantes ecos en el resto de la capitales del país.

El viernes, marcharon los compañeros universitarios en la primera Marcha Yo Soy 132, la cual se caracterizó por ser proactiva con el curso indomable de la ciudad: marchar en las banquetas, agarrados de las manos, un suceso fuera de lo común, contra los sesgados medios de comunicación.

El sábado, un movimiento histórico, la Marcha Anti-EPN, la primera en su tipo en la historia de nuestro país; nadie había marchado en contra de un candidato, lo cual nos indica el hartazgo de un gran grupo de ciudadanos hacia el cinismo de un partido político. Pese a la represión que se ejerció contra muchos de esos brotes, me refiero en específico a Colima, el saldo fue esperanzador para quienes no desean el regreso del PRI a los Pinos.

Y el Domingo, para poner las cosas más ardientes, el mitin a favor Andrés Manuel López Obrador en el Zócalo de la Ciudad de México, el cual también tuvo repercusión internacional. Ahora que AMLO ha vuelto a ser el que era en 2006 versión descafeinada, su brazo popular ha vuelto a mostrarnos su músculo.

Para muchos analistas, estos movimientos son señal de una poderosa inquietud que está politizando nuevamente a los ciudadanos; no sé si podemos hablar de una "Primavera Mexicana" hasta que sepamos sus verdaderas consecuencias; sólo esperemos que no haya polarización.

¡¡¡Adios!!!

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