mayo 09, 2011

De los Pumas, el sol que quemó mi cara, Javier Sicilia y la Marcha Nacional por la Paz

Luis Fuentes celebrando el gol del pase los Pumas
(Mexsport / mediotiempo.com)

Ayer domingo fue un día bastante bueno pese al insomnio, porque fui testigo de muchas cosas importantes y extrañas.

Mi padre está fuera de la ciudad, y mi hermana iba a estudiar en casa de una amiga para uno de sus exámenes este fin de semana, lo cual me dejaba sin muchas cosas qué hacer. El sábado por la tarde, vía Facebook, mi amiga C.G.T. me dijo que tenía boletos para el juego de vuelta de Cuartos de Final entre Pumas y Monterrey en el Olímpico Universitario a mediodía. No pude negarme a acompañarla; mi equipo no llegó a la Liguilla, y los Pumas están de moda.

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Tras un insomnio de miedo, me fui a encontrar con ella para irnos al partido. Su mamá nos había advertido algo, que no tomáramos la Avenida de los Insurgentes porque por ahí iba a pasar el contingente que, desde Cuernavaca, encabeza Javier Sicilia, al que ya esperaban en el Centro Histórico un enorme grupo de personas.

Tras una fácil llegada a Ciudad Universitaria (por Av. Revolución) y una enorme vuelta, llegamos al estadio. Había un problema, que mi amiga no había asistido jamás a un partido, pues los boletos se los ganó su mamá en un concurso interno de alguna de las asociaciones de trabajadores de la UNAM a la que pertenece. Como ella sólo entiende sobre Arte y psicoanálisis, tuve que buscar una forma de explicarle lo que ocurría en la cancha y lo que los equipos tenían que hacer; recurrí a las analogías sexuales y reproductivas recordando algunas frases de la cantante Björk sobre el Bello Deporte que había leído en alguna parte.

Al parecer, esa explicación puede englobar fácilmente lo que pasó en el partido: Pumas avanzó pujante y vigoroso ante un frígido Monterrey, embocado en un principio a soportar tales embestidas. El gol de Efraín Velarde aletargó un poco el juego; los Rayados tuvieron que reordenar sus líneas y los Pumas buscaron llegar con un poco más de cabeza. El segundo tiempo fue marcado por los errores tácticos del entrenador rayado, Víctor Manuel Vucetich: sacar a Neri Cardozo sólo le quitó vocación a una ofensiva que parecía reencontrarse con su ritmo. Pumas fue oportunista cuando debió serlo: el cabezazo de Luis Fuentes que marcó el 2-0 definitivo marcó el cambio radical de vocaciones; los de la UNAM comenzaron a manejar el reloj y el corazón, mientras Monterrey se venía abajo sin columna vertebral. Fue un juego bastante entretenido; ahora Pumas espera a la Chivas, mientras Cruz Azul se enfrentará al Morelia.

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Javier Sicilia en el Zócalo
(Germán Canseco / Revista Proceso)

Fue hasta que nos fuimos hacia el Centro Histórico para reencontrarnos con la mamá de C. y con su hermano que me di cuenta de los efectos que tuvo el sol que cayó sobre CU en mi rostro. Parecía algo así como un enorme jitomate, y los efectos del ardor comenzaban a pagarme factura. Antes de ir a comer, vimos una enorme masa de gente que se había juntado en la calles alrededor del Zócalo capitalino (lo veíamos desde la Alameda Central, junto al Palacio de Bellas Artes), todos portando pancartas y gritando consignas en contra a la violencia que sigue asesinando personas en nuestro país.

Tras ir a comer y platicar sobre el partido, algunas exposiciones a las cuales no he ido y adelantos científicos mexicanos, salimos hacia el Metro. Estaba desvelado, necesitaba buscar gel de aloe vera para mis quemaduras y tenía que reportarme en casa, por lo cual no me quedé a escuchar a Javier Sicilia; el Centro estaba lleno hasta las lámparas, y otra dosis de sol iba a ser letal para mi cara. Fui a dormir un rato para reponerme de ese día difícil que había comenzado, biológicamente, el día anterior.

Siguiendo el Twitter y el Facebook pude darme cuenta de que muchísima gente estaba presente, que el objetivo de reunir a la sociedad se había cumplido. El diputado Gerardo Fernández Noroña criticó a Sicilia con extrañeza que fuera un poco tibio en sus demandas, pero viniendo de él cualquier reclamo ajeno es tibio. Sicilia demostró sobriedad al exigir un pacto nacional y la renuncia del secretario de Seguridad Pública, Gerardo García Luna; aún cuando varios sectores de la asistencia exigían la salida de Felipe Calderón, el poeta no hizo ninguna mención de esa radical naturaleza.

Considero que será necesario participar y estar expectantes de la reacción del Gobierno Federal ante esta gran masa de sociedad organizada exigiendo lo más elemental, JUSTICIA, seguridad y paz. No hay que perder de vista a Javier Sicilia, pues en él radica ya la esperanza civil ante las feroces atrocidades de la violencia en el país: a él se han alineado muchas otras impunidades, como los activistas de Ciudad Juárez y de la Guardería ABC, entre muchas otras más...

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