agosto 21, 2010

Onomástico 22: Yo confieso... #4

J. M. W. Turner (1775 - 1851)
"El Barco de Esclavos" (1840)
Óleo sobre tela, 90.8 x 122.6 cm
Museo de Bellas Artes, Boston

Lo único que no vi venir fue el darme cuenta por fin...

Que me engaño a mí mismo cuando digo "no me importa".

Que no sé fingir, que mis mentiras son tan buenas como las salvas.

Que la vida debería ser algo increíble, que no le basta con sólo seguirme.

*****

Las oportunidades humanas se abren y se cierran como las alas de los colibríes en pleno vuelo, tomar esos caminos implica simplemente cruzar sin pensar en sangrar.

Pero mi gran miedo es perder la distancia recorrida solamente por cruzar al más allá de Su mundo, al más allá de Su existencia.

Perder es un aprendizaje necesario en cualquier etapa de la vida, pero Perderla sería un punto final para mis cortas esperanzas.

De más joven pensaba, "No hay límites para la locura", hoy reniego de la locura mía en favor de mi mundo de azules grisáceos y sales de azufre.

Prefiero mirar guardando mi distancia, sabiendo del peligro de ver aquel Umbral cerrado para siempre.

El dintel hacia un nuevo Mundo, infinito en sentimientos hermosos, infinito en sueños, infinito en canto.

El Camino del que temo perder la ubicación y las memorias, el viaje por el cual mi piel de salvaje y libre mudaría.

La Ruta que marca mi pulso apunta hoy, después de tanto, hacia una dirección.

Pero mi navío sigue, cansado de tanto soñar...

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