mayo 24, 2010

10 puntos sobre la Final del Torneo Bicentenario 2010*...


La verdad, no quepo de contento tras la victoria de mis Diablos Rojos del Toluca ante Santos Laguna en la final del Torneo Bicentenario 2010. La final fue diferente, me enseñó muchas cosas valiosas, las cuales pienso plantear en 10 puntos:
  1. Mucho se ha dicho de que el futbol mexicano es irregular, que cada vez es más común que los equipos jueguen al "puntismo", a sacar los resultados como sea, a olvidarse del espectáculo. Lo mostrado por Santos y Diablos debe de desmentir esta premisa como universal en esta Liga: Las etapas finales son muy intensas, se juegan del todo por el todo, no se dan treguas ni tanteos, se sale a buscar la victoria. Santos fue valiente al querer sacar el campeonato en el estadio más difícil para los visitantes en nuestro balompié, y por muy poco se iban a salir con la suya, la cual merecían. No fue neurótico como el América, ni desordenado como Pachuca, fue siempre ordenado y decidido hacia adelante, sin temor a perder.
  2. El Estadio Nemesio Diez, casa de los Diablos Rojos del Toluca, es una auténtica casa de milagros. Recordemos las finales ganadas por este equipo en 1998 (remontar una desventaja de 3 goles para ganar por 2), 2002 (desventaja de 2), 1999 y 2008 (dramáticas tandas de penales). 2010 no será la excepción, e incluso tiene argumentos para superar en dramatismo a las anteriores: No se había estado tan cerca de perder esa final, no se había estado tan lejos del milagro que llegó al fin. Santos pagó su avaricia y falta de decisión desde los 11 pasos, y Toluca por muy poco paga su falta de certeza y confianza.
  3. Rubén Omar Romano, técnico de los laguneros, sigue arrastrando una carrera futbolística agridulce. Como jugador, siempre fue muy bueno, excelso en los tiros libres y en los pases para gol, pero nunca logró cuajarse como referente de alguna oncena. Como técnico, ha perdido ya tres finales de tres disputadas, dos con Morelia y la de ayer. Su sueño se ha visto frustrado por segunda ocasión en la Bombonera mexiquense. Si a eso agregamos su secuestro hace 5 años, no podemos decir que Romano tenga muy buena estrella. Sus lágrimas quedarán grabadas para siempre... porque esta vez SÍ merecía ganar.
  4. Había salido Santos vivo de su feudo por muy poco, Toluca no supo matar en la ida. Se sabía que cualquier cosa podía pasar dentro de la vuelta. Algo le ocurre al equipo rojo al llegar a estas instancias, sobre todo en los terrenos ofensivos, donde se vuelven demasiado viscosos. Héctor Mancilla no estuvo fino frente al arco, pudo matar al final del tiempo regular. Carlos Esquivel no apareció como en el torneo regular por su banda derecha. Antonio Naelson, amo y señor de la creación roja, se sacrifica demás por la recuperación, y Néstor Calderón, aunque de buen papel el domingo, ha perdido el impulso de su temporada de debut.
  5. Fue irónico que el jugador que revolucionó el ataque santista en el segundo tiempo terminó siendo el gran villano. Vicente Matías Vuoso entró a buscar el gol y a provocar faltas para sus tiradores, aunque no se tuvo el éxito deseado. Ya en los penales, tuvo el campeonato, pero su disparo fue mordido buscando ser muy colocado a la esquina. (Siguente al turno fue Carlos A. Morales, quien también la desvió). Se ha dicho de que Vuoso "traicionó" a Romano "sin querer", sobre todo porque la relación entre ellos ha sido tensa a lo largo del semestre. Es difícil concebir el nerviosismo de una final cuando no estás dentro del campo. Es ridículo pensar que la falla fue con intención, porque en disputa queda su dignidad y ética como deportista.
  6. Alfredo Talavera, portero suplente vuelto titular por la lesión del veteranísimo Hernán Cristante, se ha consolidado como el sustituto del histórico en la valla roja. Su momento es más que bueno, no recibió gol en el Nemesio en toda la eliminatoria, además de que no ha tenido señas de titubeos en las jugadas importantes. Ese último penal fue la cereza del pastel, una atajada a mano cambiada hacia su costado derecho ante un fierrazo de Fernando Arce. Ahí se consumó el gran milagro y la décima apoteosis del diablo en el futbol mexicano.
  7. Antonio Ríos, joven contención de los Diablos, tiene una dura prueba para el próximo torneo: Consolidarse, labor mucho más difícil que llegar y dar gran impresión. No hay duda de que a Esquivel y a Calderón en su momento les costó ese "segundo año" con el equipo, aunque sus labores son mucho más visibles y vistosas. No es aún el momento de otros jóvenes como Nava y Brizuela, quienes tendrán un proceso de maduración más pausado debido a que las posiciones están marcadas. Ríos surgió por la necesidad de cubrir la posición, pero es producto de una maduración de hace ya 3 o 4 años.
  8. Fue una lástima que Antonio Naelson haya fallado su penal en la tanda, le dará razones a sus críticos sobre el porqué no está en el grupo de la Selección Mexicana. Sin embargo, es de humanos errar, y no se puede negar su gran sacrificio y visión de juego. El domingo, jugó de gran forma, aunque fue severamente marcado por la ferrea defensa lagunera.
  9. Cada vez que el Toluca ha ganado un campeonato, se dan las razones del por qué sí y por qué no debe ser llamado un equipo grande, a la altura de los institucionalizados "Cuatro" del futbol mexicano (Chivas, América, Cruz Azul y Pumas). Se habla de que los Diablos han ganados torneos cortos, y no largos como antaño, de que su afición no es tan numerosa, sobre su poco éxito en torneos internacionales, de su poco interés mediático y de que no tiene presencia importante en la Selección Mexicana, etc. Considero que es una irresponsabilidad periodística el querer negar la grandeza del Toluca debido a que se está imponiendo un pensamiento institucionalizado e inflexible como un dogma al seguir hablando de "cuatro grandes" por toda la eternidad. (Mi) Toluca es grande... pero no olvidemos a estos Santos ni a los Tuzos del Pachuca, instituciones serias, transparentes y comprometidas que han llevado a sus representativos de todos los niveles al éxito.
  10. Finalmente, me gustaría decirles que mi tensión durante el partido fue de las más horribles que he sentido. Que la alegría se siente de forma más grandiosa tras sufrir la frustración de que no cayeron goles, de que se estuvo a un penal de perder en dos oportunidades, y de que al final, el resultado favoreció pese a todo al equipo de mis amores. Nunca hay que dejar de creer. Ningún partido "se acaba hasta que se acaba". El Deportivo Toluca ganó porque la suerte le sonrió, porque "el balón rodó a su favor", como lo dijo su más grande mecenas, Nemesio Diez Riega. Porque la fortuna y los milagros tatúan las grandezas.
*Crédito fotográfico: Mediotiempo.com/Mexsport

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