En los últimos días he estado muy desconectado del mundo, entre el oído que me zumbaba después de tan sublime concierto de Metallica, el libro de Carlos Fuentes que estoy leyendo, la sobredosis de videojuegos deportivos y las tardes en el gimnasio. Pero no me dejó de alertar la decisión de la Organización Mundial de la Salud de elevar al grado 6, máximo en caso de contingencias sanitarias, la alerta sobre la pandemia de la influenza.
Afortunadamente, los casos en México están siendo aislados, pero no puede dejar de haber alerta sobre esto en ninguna parte. Ahora son otros países los que están sufriendo las catastróficas secuelas de esta pandemia, lo que no significa que debamos de ocultarnos como tortugas en nuestro caparazón. La vida debe seguir, y la situación económica de nuestro país no está para otra suspensión de labores.
Y eso que se ha alertado que el virus AH1N1 podría permanecer en la atmósfera terrestre en los próximos dos años al menos. No podemos hacer otra cosa más que seguir adelante con la vida, con los hábitos de higiene preventivos (soy fan del gel desinfectante, por cierto) y con el cuidado extremo en caso de cualquier gripa.
El peligro no es tan latente, pero más vale prevenir...
Los dejo contento por el campeonato de los Pittsburgh Penguins en el hockey de la NHL...
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